deportes extremos

En el fondo todos son deportistas extremos.

Foto: coc,org.co

Foto: coc,org.co

No, no se trata de una nueva campaña de Red Bull quienes, en su estilo, nos acostumbraron asociar la bebida energética con los deportes extremos o salidos de lo normal. No se trata de eso.

No se trata, en consecuencia, de una promoción para un salto al vacío, una arriesgada pirueta o un logro “extrahumano”. No.

Se trata de nuestros deportistas, si, desde los que salen del jardín infantil a los escenarios deportivos por su descomunal talento hasta aquellos que, como usted probablemente, leen estas letras pensando…pude llegar más lejos.

Colombia, tierra rica. Dos océanos, innumerables ríos. Recursos naturales y una posición geográfica que nos envidia el mundo entero.

Colombia, país de gente pujante, cálida, alegre. Gente que no se detiene ante nada, recursivos como ninguno. Gente, eso si, sin memoria, pero buena gente…en su mayoría.

Colombia, país en donde el deporte se lleva en la sangre, se vive con pasión y se le entrega todo. Somos un país que suda, que corre, que se mueve, que alienta, que triunfa.

¿Colombia triunfa?

No falta el compatriota que, lleno de un sentimiento incomprensible aún no cree en lo nuestro y solo aparece, en nuestro popular “bus de la victoria” a celebrar los logros de nuestros deportistas.  Lo hace la gente, las empresas, los gobernantes…¡todos!

¿Y los deportistas? mal que bien llevan la bandera tricolor a los podios al rededor del mundo, no era frecuente, es verdad, celebrar tanto y tan seguido pero ahora, gracias al talento y el tesón de esta generación sedienta de gloria lo hemos logrado.

Hay, en su discurso de aceptación de medallas y trofeos tres elementos en común: Agradecimiento a Dios y su familia por sobre todas las cosas; agradecimiento a su equipo y (si logra uno) al patrocinador y, lo mas lógico y justo, un tímido reclamo al gobierno por la falta de apoyo.

Deportistas que nos han dado medallas de tres metales en los Olímpicos y en los Juegos Mundiales.

Triunfos destacados en mundiales de patinaje, bicicross, pesas, atletismo y recientemente de natación con Orlando Duque.

Clasificaciones milagrosas pero merecidas a rondas semifinales y finales  en torneos de deportes individuales como el tenis; podios en maratones y carreras de autos, motos y/o bicicletas.

Cosecha sin parar de logros, triunfos y de ¡Gloria!, si,  y es lo paradójico, pero si no hay goles, es como si no existiera.

Son, en efecto, deportistas extremos: sin patrocinadores, sin escenarios idóneos, sin indumentaria adecuada, sin acompañamiento médico y sin fogueo internacional.  Deportistas hechos de vocación y deseo.

No se trata de ser injustos o desconocer, de ninguna manera. Los de Coldeportes hacen lo que pueden, pero podrían hacer mas.

La empresa privada empieza a creer, lentamente pero con decisión. Bien por ellos, bien por Colombia.

Y nosotros, los colombianos “de a píe” ya estamos llenando escenarios, diversificando los gustos, atendiendo y aprendiendo nuevas disciplinas deportivas y exigiendo cobertura variada por parte de la prensa.

Es el cambio que esperábamos, es la inspiración. Estábamos enseñados a competir y ahora hemos aprendido a ganar, por eso queremos mas.

Nuestros deportistas, en cualquier región del país, son, a todas luces, colombianos de sangre caliente, colombianos orgullosos, colombianos ejemplares, dignos hijos de la tierra del maíz y la panela.

Son, si se quiere, los héroes de nuestra generación y  han llegado lejos, tan lejos como su fuerza los ha llevado porque, tristemente los “ausentes” solo aparecen invitados por la gloria.

Si solos han logrado lo que han logrado, ¿se los imaginan con apoyo?

Por si acaso la de la foto es Catherine Ibargüen, medalla de plata Olímpicos de Londres 2012 y ganadora de varias reuniones de la  IAAF Diamond League 2013 por si ha celebrado en su nombre pero no se acordaba.