lluvia

El mentiroso sol de Bogotá.

Fotos de colomba.travel y lecturasalsur.com

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El día es soleado, claramente en Bogotá ningún día soleado termina soleado. El astro rey, nuestro sol, hace de Bogotá una ciudad traicionera.

Es simple, amanece, hace sol. La gente, incauta y creyente, prepara su pinta para el día. Ni botas, ni paraguas, ni bufanda o abrigo, no. Mangas cortas, faltas o shorts, ¿botas? nahhh, ¡Chancla! y para la calle… “a Bogotá solo le falta mar y sería perfecta” piensa la residente en voz alta mientras abandona el lobby del edificio, trata de silbar, no sabe, entonces canta…. la, la, la.

El portero, este pequeño hombre de bigote espeso y titulo propiedad sobre un edificio que no podrá dejar a su descendencia, me mira sabiendo la verdad… esa pobre “pelada” se va a congelar.

Bogotá es la capital de mi amada Colombia, sus 2.600 metros sobre el nivel del mar y el estar rodeada de montañas la hacen una ciudad fría pero con cielo azul.El viento, los cercanos a agosto, sopla con furia, helado, recordándole a los habitantes del DC que es tierra fría, sierra y que de “tropical” solo tenemos las vallas de “Cifrut”.

Las nubes van llegando, obvio, la contaminación y el calor hacen que la condensación sea más rápida que en la costa. El sol tímidamente, pero a carcajadas estoy seguro, se va escondiendo permitiéndole al agua un espacio para caer sin contemplación.

Primero en forma de un “spray” que es recibido con un…”Ay, menos mal porque ya estaba haciendo mucho calor”, pero las gotitas no se detienen y comienzan a caer con mas fuerza… “mi pelo, mi pelo” se escucha acercarse y alejarse…la niña corre, huye del agua.

Lluvia y si, el sol en lo alto. ¿ven? no es de fiar el muchacho.

Los científicos hablan con la boca llena de nuestros “pisos térmicos”, de la variedad de climas y sus beneficios para la agroindustria. Y si, son extremadamente benéficos y provechosos para un país como el nuestro, es mas, el verde nos identifica a nivel mundial.

Con lo que no contábamos, es que todos estos “pisos térmicos” y variedad de climas se dan en nuestra capital el mismo día, todos los días.

¿Recuerdan a mi vecina? Bueno, casualmente regresamos al tiempo. Yo, conociendo y agradeciendo los años de vida y con ellos la experiencia, llego abrigado, tibio y seco. Ella, con los pies mojados, las manos tiritando y sus labios, esos labios que solo la costa caribe sabe dar, morados y entre cerrados. La piel como la de una gallina desplumada, tose, moquea…y ya no canta.

Sospecho que a mi vecina, por su incapacidad (hablo de la médica no la climática) no la veré en unos tres a cuatro días y cuando lo haga, llevará bufanda, seguro.

Es simple, solo basta recordar que:

  • Bogotá no es caribe, ni siquiera cuando juega la selección.
  • Bogotá es una ciudad fría, de sol mentiroso y mal, pésimamente mal administrada pero eso si, cuando el sol brilla se ve más verde y animada, así después regrese a la normalidad.

Y que:

  • Amamos los frecuentes arco iris pero tememos con el granizo cual pelota de golf, eso es normal en nuestra capital.
  • A Bogotá, con o sin sol, la amamos, es nuestro hogar y por eso le agradecemos todo, así a veces parezca que no es bueno.
  • Bogotá es Bogotá, haga frío o calor y es nuestra casa seamos o no nacidos acá y como tal, hay que cuidarla.

Así que no se confíen, tengan siempre abrigo a la mano y por el amor a Dios, dejen las chanclas para tierra caliente.